"Toda la tierra es una sola alma,
Y todos somos parte de ella.
No podrán morir nuestras almas,
cambiar, sí que pueden;
pero no apagarse…
Somos una sola alma como
hay un solo mundo."

Cacique Abel Kurühuinka
San Martín de los Andes, Neuquén
Patagonia Argentina (1963)